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La educación en el año 2030


 ¡Buenas noches chicas y chicos! En esta entrada os dejo con un relato sobre la educación dentro de diez años.


           Una tarde cálida de primavera, Sofía permanecía sola sentada en su sofá estudiando uno de tantos temas que debía preparar para poder aprobar su oposición, mientras se escuchaba de fondo uno de sus programas radiofónicos favoritos.
             Tras horas delante de su ordenador, decidió realizar un breve descanso y subir el volumen de la radio. En este momento, escuchó a uno de los locutores confirmar nuevos contagios y fallecidos a causa de la pandemia mundial. Afligida, desconectó el aparato y se volvió a sentar en su sofá sumiéndose poco a poco en un profundo sueño.
              A la mañana siguiente, mientras Sofía desayunaba un café y una tostada, escuchó el timbre. Esta se levantó sobresaltada, ya que debido a la enfermedad todos los ciudadanos debían permanecer en sus hogares, sin poder salir. Al abrir la puerta, solo se encontró con un extraño y misterioso paquete. Miró hacia los lados con el fin de hallar a la persona que había dejado ese sospechoso regalo, sin embargo, no había nadie.
              Minutos después, Sofía, como todos los días, volvía a estar sentada en su sofá observando curiosa el paquete que sostenía entre sus manos. Al abrirlo, se quedó sorprendida al ver que se trataban de unas gafas de realidad virtual. En este momento escribió a sus amigos y familiares para averiguar quién se las había regalado, pero no obtuvo respuesta.
              La muchacha que se sentía aburrida, decidió ponerse las gafas. Al ponérselas se quedó absorta al ver que a través de ellas podía ver cómo sería el mundo dentro de diez años. Debido a que estaba preparándose unas oposiciones para ser profesora en un futuro, decidió acudir a un instituto para ver si la educación seguía siendo igual que ahora. No obstante, se encontró con una realidad bastante diferente. Los alumnos estaban separados unos de otros por mamparas de cristal a causa de la pandemia que aconteció en 2020. Además, los estudiantes no tenían libros, sino que contaban con un dispositivo del grosor de un folio que los sustituía. Sin embargo, lo que más le sorprendió fue ver algunos hologramas de los alumnos, ya que aquellos que no podían acudir a clase podían hacerlo de manera virtual.
              Al ver esto, decidió quitarse las gafas y seguir estudiando con el objetivo de poder cumplir algún día su sueño, ser profesora.

¡Espero que os haya gustado! Nos leemos pronto.

Mari Carmen.

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